Había una vez un mago que experimentó tal compasión por un ratón que vivía en un constante temor del gato, que lo convirtió en gato.
Pero este gato comenzó a tener miedo del perro, y el mago lo convirtió en perro.
El perro a su vez tuvo miedo del tigre y el mago lo cambió a tigre.
Pero sus problemas no terminaron allí, ya que el tigre se puso a temer constantemente al cazador.
Disgustado, el mago termino por transformarlo de nuevo en ratón, diciéndole:
"Puesto que solo tienes nervios de un ratón, me es imposible ayudarte haciéndote revestir la forma del más noble animal".
La mayoría de nuestros temores nunca se hacen realidad, pero toman la mayor parte del tiempo mental de muchos de nosotros. Los miedos no tienen que ver con lo que pasa afuera, sino con el poder que nosotros mismos les damos.
Imagen: Corbis
5 opininantes y visitantes:
Cuanta razón tienes! Pero aún así es difícil controlar nuestros miedos, en especial los que no tienen mucha razón de ser...
Me gusta tu blog!
Besos
Sylvia, gracias por tu visita!
luz,..
Lo cobarde no se quita nunca.
Saludos valerosos.
El Zórpilo.
Sol Lunar, gracias por tu visita!
Remo, gracias por la visita y nos vemos pronto! Faltan 10 días para la boda, yupiiiiii
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